Foto (UH): Fernando Lugo, presidente de Paraguay.
En la Semana Santa del 2009, saltó a la luz un nuevo escándalo, por el que supuestamente se le atribuía al presidente paraguayo, Fernando Lugo, un supuesto hijo de la joven Viviana Carrillo.
Tras una formal demanda judicial en la que se solicitaba el “reconocimiento de la paternidad” de Lugo por un supuesto hijo llamado Guillermo Armindo, se produjo una conmoción pública por dicha noticia durante la Semana Santa.
Luego, surgieron especulaciones, rumores e incluso, la madre del chico había negado la demanda judicial. Todo lo que surgió en torno al fenómeno de la demanda creó en Paraguay un clima de tensión política y de suspenso en la ciudadanía.
Todos los medios de prensa se hicieron eco del tema de la “paternidad de Lugo”, expandiéndose el tema al periodismo internacional.
Pero todo cambió el lunes 13 de abril de 2009 (un día después del domingo de resurrección), cuando el presidente Fernando Lugo ofreció una conferencia a la nación en horas de la mañana.
“Hubo una relación con Viviana Carrillo. Asumo todas las responsabilidades que pudieran derivar de tal hecho, reconociendo la paternidad del niño”, dijo Lugo en parte de su comunicado, quedando en segundo plano sus otras declaraciones en torno al cambio de gabinete.
Esta revelación pública de una parte de su vida íntima desató en diversos sectores de la opinión pública comentarios de todo tipo.
Por un lado, algunos decían que no importaba su vida privada, ya que estas relaciones íntimas no tienen nada que ver con el cargo que ostenta Lugo.
En contrapartida, otros decían que fue una mentira para todos, ya que su reputación moral y personal se ve seriamente afectada, dando cabida a calificarlo como un mandatario “falso”.
También surgió en la opinión pública de “porqué Fernando Lugo no dijo antes que tenía un hijo”.
En algún momento, los parlamentarios especularon que esta situación personal del presidente era motivo para un juicio político, mientras que para otros fue una ofensa con respecto a la Iglesia Católica.
Según los cálculos realizados, Fernando Lugo tuvo relaciones con Viviana Carrillo cuando todavía era obispo de San Pedro (Paraguay). Esta conducta provocó en las autoridades de la Iglesia Católica de Paraguay duras declaraciones.
“Lo sucedido nos sorprende y al mismo tiempo nos entristece, porque esa relación es reconocida después de 10 años. Es decir, cuando él ejercía su episcopado ya tuvo al hijo, y eso nos afecta como obispos y consagrados del Señor”, declaró muy dolido y golpeado el obispo de Encarnación (Paraguay), el monseñor Ignacio Gogorza, para un medio local.
Esta conducta de Lugo significa para la Iglesia Católica una gran tristeza, ya que significa una ruptura con los votos de “castidad” que había realizado Lugo en su ordenación como sacerdote. Esto motivó a la iglesia local a pedir perdón por tales hechos.
Breves conclusiones
Pese a todas estas reacciones, quedan claro tres puntos. En primer lugar, Fernando Lugo logró después de 61 años, la alternancia política en el Paraguay. En segundo lugar, la paternidad de Lugo causa una gran pérdida de credibilidad con respecto a su persona, además de provocar posiciones encontradas en diversos sectores de Paraguay, entre ellos los políticos y la Iglesia Católica. Y por último término, la vida privada de Lugo –hasta el momento (abril de 2009)- no afecta legalmente su situación como presidente constitucional de la República del Paraguay.
Enlaces de interés: