viernes, 28 de mayo de 2010

Crónica y comentario de concierto: Alejandro Sanz hizo delirar a sus fans en un mágico recital

Foto: Alejandro Sanz.

Crónica y comentario de concierto. El artista español cautivó a sus seguidores el pasado sábado 27 de marzo de 2010, en el club Olimpia (Asunción, Paraguay), ante una masiva concurrencia que orilló los 20 mil espectadores.

Por Sergio A. Noé Ritter

En este estadio, Sanz cerró su gira latinoamericana ante la alegría de los presentes, que disfrutaron de todo el recital, con un espectacular juego de luces, entre los que se destacó una pantalla de led de gran dimensión que abarcó todo el escenario.

Algunos de los nuevos temas del artista fueron recibidos con cierta frialdad por el público, que aún no los conoce del todo. Pero los que calaron profundo y encendieron a los espectadores fueron sus grandes clásicos.

Con sus éxitos de antaño, el artista logró arrancar alaridos y suspiros femeninos, durante casi dos horas y media de concierto.

Las mujeres tampoco dejaron de corear a viva voz los clásicos de siempre, como Corazón partío, gracias a los cuales el artista se conectó aún más con el público.

Entre canción y canción, Sanz interactuó con el auditorio, e incluso agradeció la calidez de los paraguayos.

"A ver Paraguay... no te oigo", dijo el artista, tras lo cual recibió los gritos de aprobación de todos, sobre todo, de las mujeres.

En un momento de su recital, propuso un popurrí con sus hits -en conjunto con su orquesta de instrumentistas y dos coristas-, aplaudido y vivido con emoción por todos.

Tras una pausa, Sanz fue presentando a sus instrumentistas al público. Allí, uno de sus guitarristas extrajo -en solo- numerosas punteadas, para luego terminar rompiendo el instrumento. Esto dejó perplejo al auditorio, que no esperaba esta reacción bastante "rockera" del guitarrista.

Durante la noche, bendecida por el cielo abierto y estrellado, Sanz quedó solo. Las luces se apagaron, para luego iluminarlo sentado junto al piano de cola.

Con el instrumento, ejecutó un popurrí de sus baladas más románticas, logrando un aire intimista y cómplice, sorprendiendo otra vez al público, que no cesó de aplaudirlo. Luego, retornaron sus músicos para tocar más clásicos y despedirse con un tercer popurrí de sus éxitos.

Tan a gusto se sintió Sanz que no quiso dejar al público, que gozó a rabiar con su carismática presencia.

DETALLES DEL CONCIERTO

Trabas. Debido a las numerosas exigencias de seguridad impuestas por la producción, los fotógrafos de los medios impresos solo pudieron captar imágenes de las primeras dos canciones del concierto, para luego ser retirados estrictamente por los guardias. En tanto, la mayoría de los presentes portaban cámaras fotográficas personales y videograbadoras, que no fueron molestia alguna para los guardias.

Seguridad. El relajo del sistema de seguridad se evidenció en la segunda parte del concierto, cuando unos 10 pirañitas ingresaron al sector césped. Uno de ellos, comandado por una adolescente de unos 16 años, sustrajo el celular a una fanática, para salir corriendo perseguido por los guardias.

Dificultad. Las salidas de emergencia previstas para el recital eran bastante pequeñas, lo que dificultó la rápida salida del público de todos los sectores del estadio.

Cansancio. El artista dio el ciento por ciento, pese a estar abatido por el calor y una pequeña ronquera, que no le impidió seguir cantando durante más de dos horas.

Publicado en Última Hora, el lunes 29 de marzo de 2010
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