El historiador Juan Bautista Gill Aguinaga (1910-1982) fue un diligente custodio del acervo paraguayo. Recuperó piezas y documentos de gran valor histórico, además de salvar la Casa de la Independencia de la demolición. Por Sergio Noe.
Fue tataranieto de Juan Miguel Gill, miembro del Congreso de 1.811, y bisnieto de Juan Andrés Gill, ministro de Carlos Antonio López y primer diplomático paraguayo.
También fue nieto del expresidente Juan Bautista Gill. Esta ascendencia vinculó -en gran medida- a Juan Bautista Gill Aguinaga a su pasado histórico, que lo percibió como una cantera de “grandes vacíos” que debía ser rellenada con pruebas contundentes.
Según su nieta, la experta en museología Alejandra Peña Gill, su interés por el coleccionismo lo convirtió en gran defensor del patrimonio cultural.
Comentó que recuperó objetos y documentos que rescatan la memoria de la Guerra Grande, además de salvar la Casa de la Independencia de la destrucción.
Indicó que la mayor colección de numismática, recolectada por su abuelo, se resguarda actualmente en el Banco Central del Paraguay.
Los demás documentos se encuentran en el Archivo del Ministerio de Defensa Nacional, que incluye una importante catalogación fotográfica.
“Tuvo la clara conciencia que el patrimonio cultural pertenece a todos”, aseguró Alejandra Peña Gill, quien reveló que la última legislación sobre el tema data de hace 30 años, tras la última promulgación de la ley paraguaya 946, De protección de bienes culturales, de 1.982.
Peña Gill también citó otros aspectos vinculados a su pasión por la historia. “Una de las facetas que se destaca en Gill Aguinaga es su capacidad gremial, para adherirse y unirse a sujetos y causas, ya que era miembro de numerosas academias locales e internacionales", dijo.
Subrayó, además, su faceta de coleccionista, "donde demostró una gran responsabilidad cultural en la protección del patrimonio público, siendo parte de una generación de historiadores dedicados a ello".
Explicó que Gill Aguinaga estaba convencido que el Paraguay, para recuperarse en su memoria como nación, en su capacidad de soberanía, “debía recuperar su memoria histórica, vinculada esencialmente a documentos, objetos, y otros valores del patrimonio cultural”.
Peña señaló que para él, lo primero que debía hacer el Estado Paraguayo era recuperar la memoria colectiva perdida.
“Por eso era tan valioso para él todo aquello que pudiera hablar de la historia y recomponerla, como un cuerpo al que le faltan brazos. Veía la historia como un libro al cual le faltan páginas. Para él, esa era la historia del Paraguay, un libro sin hojas”, expresó la museóloga descendiente de Gill Aguinaga.
También fue nieto del expresidente Juan Bautista Gill. Esta ascendencia vinculó -en gran medida- a Juan Bautista Gill Aguinaga a su pasado histórico, que lo percibió como una cantera de “grandes vacíos” que debía ser rellenada con pruebas contundentes.
Según su nieta, la experta en museología Alejandra Peña Gill, su interés por el coleccionismo lo convirtió en gran defensor del patrimonio cultural.
Comentó que recuperó objetos y documentos que rescatan la memoria de la Guerra Grande, además de salvar la Casa de la Independencia de la destrucción.
Indicó que la mayor colección de numismática, recolectada por su abuelo, se resguarda actualmente en el Banco Central del Paraguay.
Los demás documentos se encuentran en el Archivo del Ministerio de Defensa Nacional, que incluye una importante catalogación fotográfica.
“Tuvo la clara conciencia que el patrimonio cultural pertenece a todos”, aseguró Alejandra Peña Gill, quien reveló que la última legislación sobre el tema data de hace 30 años, tras la última promulgación de la ley paraguaya 946, De protección de bienes culturales, de 1.982.
Peña Gill también citó otros aspectos vinculados a su pasión por la historia. “Una de las facetas que se destaca en Gill Aguinaga es su capacidad gremial, para adherirse y unirse a sujetos y causas, ya que era miembro de numerosas academias locales e internacionales", dijo.
Subrayó, además, su faceta de coleccionista, "donde demostró una gran responsabilidad cultural en la protección del patrimonio público, siendo parte de una generación de historiadores dedicados a ello".
Explicó que Gill Aguinaga estaba convencido que el Paraguay, para recuperarse en su memoria como nación, en su capacidad de soberanía, “debía recuperar su memoria histórica, vinculada esencialmente a documentos, objetos, y otros valores del patrimonio cultural”.
Peña señaló que para él, lo primero que debía hacer el Estado Paraguayo era recuperar la memoria colectiva perdida.
“Por eso era tan valioso para él todo aquello que pudiera hablar de la historia y recomponerla, como un cuerpo al que le faltan brazos. Veía la historia como un libro al cual le faltan páginas. Para él, esa era la historia del Paraguay, un libro sin hojas”, expresó la museóloga descendiente de Gill Aguinaga.
Investigador. La faceta de historiador paraguayo de Gill Aguinaga se refleja en sus textos publicados en diarios y revistas de la época, además de sus libros.
"Escribía semanalmente sus columnas históricas en el extinto periódico La Tribuna. En la Academia Paraguaya de la Historia escribió un varios textos y separatas sobre historia", aseguró Alejandra Peña Gill.
La profesional explicó que su tarea fue posible gracias al archivo de su museo privado, que estuviera abierto al público durante su vida. Por años recopiló el inmenso patrimonio histórico, hoy en poder del Estado.
A través de una amplia red de contactos con academias nacionales e extranjeras, de las cuales fue miembro, compró objetos y documentos originales en subastas públicas.
Su libro La Asociación Paraguaya en la Guerra de la Triple Alianza es considerada su obra cumbre.
Esta investigación, fruto de casi tres décadas, resalta la tarea del historiador de recurrir a las “fuentes primarias”.
Antonio Ramos, prologuista del libro, dice que Gill Aguinaga realiza una “exposición objetiva y basada en las pruebas correspondientes” sobre los denominados legionarios.
“La obra ofrece -indica- una visión de conjunto de la actuación de los paraguayos residentes en Buenos Aires, que se presentaron a combatir y derribar al tirano López, al estallar la Guerra de la Triple Alianza”.
Asegura que el tomo es de interés para Brasil y Argentina, además de aclarar un pasaje muy debatido en la historia paraguaya.
"Escribía semanalmente sus columnas históricas en el extinto periódico La Tribuna. En la Academia Paraguaya de la Historia escribió un varios textos y separatas sobre historia", aseguró Alejandra Peña Gill.
La profesional explicó que su tarea fue posible gracias al archivo de su museo privado, que estuviera abierto al público durante su vida. Por años recopiló el inmenso patrimonio histórico, hoy en poder del Estado.
A través de una amplia red de contactos con academias nacionales e extranjeras, de las cuales fue miembro, compró objetos y documentos originales en subastas públicas.
Su libro La Asociación Paraguaya en la Guerra de la Triple Alianza es considerada su obra cumbre.
Esta investigación, fruto de casi tres décadas, resalta la tarea del historiador de recurrir a las “fuentes primarias”.
Antonio Ramos, prologuista del libro, dice que Gill Aguinaga realiza una “exposición objetiva y basada en las pruebas correspondientes” sobre los denominados legionarios.
“La obra ofrece -indica- una visión de conjunto de la actuación de los paraguayos residentes en Buenos Aires, que se presentaron a combatir y derribar al tirano López, al estallar la Guerra de la Triple Alianza”.
Asegura que el tomo es de interés para Brasil y Argentina, además de aclarar un pasaje muy debatido en la historia paraguaya.
Recuperación: Resguardo de la colección Estanislao Zeballos
El historiador argentino Estanislao Zeballos fue un investigador de la Guerra Grande. Llegó a Asunción en 1888, para mantener entrevistas con protagonistas y testigos oculares de la contienda de la Triple Alianza.
Su objetivo era preparar un libro sobre la Guerra del 70 que incluyera el punto de vista de los paraguayos combatientes.
Su muerte truncó sus planes, dejando inconcluso el proyecto. La historiadora paraguaya Adelina Pusineri indica que Zeballos “no llegó a publicar el libro esperado, pero el testimonio recogido quedó en archivos y museos en la Argentina”.
La especialista detalla que el acervo privado contenía “una serie de memorias, relatos y apuntes de protagonistas de la Guerra de la Triple Alianza”.
Luego, en 1929, el hijo de Zeballos se vio obligado a subastar los documentos del acervo privado de su padre, ante la falta de ofertas del Estado argentino.
En su época, el descendiente de Zeballos no logró que se sancionara una ley que adquiriera la biblioteca privada, compuesta por unos 30.000 volúmenes.
Por eso, realizó una subasta, que incluyó además de libros, muebles y colecciones de mapas reunidas por el historiador Zeballos durante su vida.
Hacia la década de 1930, el historiador Gill Aguinaga adquirió parte de esos documentos de la colección Estanislao Zeballos, relacionados principalmente con la historia del Paraguay y a la Guerra Grande.
Tras la muerte de Gill Aguinaga y por mandato testamentario, todo su acervo –entre ellos la colección Zeballos– fue donado al Estado paraguayo.
Por el decreto 37142 del 28 de diciembre de 1982, el Gobierno aceptó la donación de la señora Alice Ayala de Gill Aguinaga, procedente del museo Juan Bautista Gill Aguinaga.
El patrimonio comprendía colecciones de monedas, documentos antiguos y libros. Esta donación se formalizó por escritura pública el 10 de noviembre de 1982.
Actualmente, parte del acervo está en el archivo del Ministerio de Defensa Nacional y en el Banco Central del Paraguay.
El historiador argentino Estanislao Zeballos fue un investigador de la Guerra Grande. Llegó a Asunción en 1888, para mantener entrevistas con protagonistas y testigos oculares de la contienda de la Triple Alianza.
Su objetivo era preparar un libro sobre la Guerra del 70 que incluyera el punto de vista de los paraguayos combatientes.
Su muerte truncó sus planes, dejando inconcluso el proyecto. La historiadora paraguaya Adelina Pusineri indica que Zeballos “no llegó a publicar el libro esperado, pero el testimonio recogido quedó en archivos y museos en la Argentina”.
La especialista detalla que el acervo privado contenía “una serie de memorias, relatos y apuntes de protagonistas de la Guerra de la Triple Alianza”.
Luego, en 1929, el hijo de Zeballos se vio obligado a subastar los documentos del acervo privado de su padre, ante la falta de ofertas del Estado argentino.
En su época, el descendiente de Zeballos no logró que se sancionara una ley que adquiriera la biblioteca privada, compuesta por unos 30.000 volúmenes.
Por eso, realizó una subasta, que incluyó además de libros, muebles y colecciones de mapas reunidas por el historiador Zeballos durante su vida.
Hacia la década de 1930, el historiador Gill Aguinaga adquirió parte de esos documentos de la colección Estanislao Zeballos, relacionados principalmente con la historia del Paraguay y a la Guerra Grande.
Tras la muerte de Gill Aguinaga y por mandato testamentario, todo su acervo –entre ellos la colección Zeballos– fue donado al Estado paraguayo.
Por el decreto 37142 del 28 de diciembre de 1982, el Gobierno aceptó la donación de la señora Alice Ayala de Gill Aguinaga, procedente del museo Juan Bautista Gill Aguinaga.
El patrimonio comprendía colecciones de monedas, documentos antiguos y libros. Esta donación se formalizó por escritura pública el 10 de noviembre de 1982.
Actualmente, parte del acervo está en el archivo del Ministerio de Defensa Nacional y en el Banco Central del Paraguay.
Datos biográficos
- Juan Bautista Gill Aguinaga nació en Asunción el 10 junio de 1910. Sus padres fueron don Juan Andrés Gill y doña Elodia Aguinaga.
- En 1930 egresó del Colegio Militar como guardiamarina.
- Durante la Guerra del Chaco (1932-1935) integró el Regimiento 3 de Infantería Corrales. Por su actuación en la contienda, fue condecorado con la Cruz del Chaco y la Cruz del Defensor y ascendido por méritos de guerra.
- En 1936, siendo teniente de navío, se retiró de la Armada Nacional a su pedido. A partir de esa época, se dedicó a sus actividades privadas.
- En 1938 se inició su colección privada, que resguarda objetos relacionados con la historia del Paraguay.
- Durante varios años fue presidente de la Asociación Rural del Paraguay.
- Entre 1950 y 1953 se desempeñó como consejero de Estado.
- También fue miembro del primer directorio de la Flota Mercante y presidente de la Federación de la Producción, Industria y Comercio (Feprinco).
- En 1959 editó su libro La Asociación Paraguaya en la Guerra de la Triple Alianza, que es considerado su obra cumbre, debido a su gran contenido documental.
- En 1971 publicó su obra La primera falsificación de billetes paraguayos.
- Falleció en Asunción, en 1982.
- En el mismo año de su muerte, el gran acervo privado que colectó durante su vida, pasó a manos del Estado paraguayo. Actualmente, sus colecciones están en el Ministerio de Defensa y en el Banco Central del Paraguay.
Parte de este artículo se publicó en la contratapa del diario Última Hora, el lunes 12 de diciembre de 2011.
También puede leerse en:
www.ultimahora.com/notas/488262-Activo-defensor-del-patrimonio-cultural-e-historico-del-Paraguay
www.ultimahora.com/notas/488263-Recuperacion:--Resguardo-de-la-coleccion-Estanislao-Zeballos
Imagen: Juan Bautista Gill Aguinaga. Montaje fotográfico: Última Hora.