Para algunos músicos de Paraguay es rentable montar un estudio de grabación de audio, debido al abaratamiento de los costos de equipamientos tecnológicos y de sonido. Los productores paraguayos revelan que un set mínimo vale 10 millones de guaraníes (2.230 dólares americanos), pero aseguran que la calidad implica inversión en capacitación y tecnología. Por Sergio Noe.
Montar un estudio de grabación, que pueda producir materiales competitivos con el mercado internacional, requiere de una inversión elevada en equipamientos tecnológicos y de sonido, además de una formación especial y constante en el área, según manifiestan los productores, entre ellos músicos locales.
En tanto, la creación de un set más económico, que no implique la privación de equipamientos que garanticen cierta calidad, o que con el tiempo ayude a incrementar las inversiones y el crecimiento, constituye una opción que permite vivir a algunos músicos.
Montar un estudio de grabación, que pueda producir materiales competitivos con el mercado internacional, requiere de una inversión elevada en equipamientos tecnológicos y de sonido, además de una formación especial y constante en el área, según manifiestan los productores, entre ellos músicos locales.
En tanto, la creación de un set más económico, que no implique la privación de equipamientos que garanticen cierta calidad, o que con el tiempo ayude a incrementar las inversiones y el crecimiento, constituye una opción que permite vivir a algunos músicos.
Diego Serafini, músico y propietario del Estudio Supernova, es uno de los tantos artistas del medio que optaron por independizarse, al elegir la producción musical como sustento económico principal. Tras iniciar su emprendimiento en el 2006, hoy creció su producción, y su demanda proviene del ámbito de los músicos roqueros.
“Hay que invertir bastante para que un estudio pueda competir con músicas de calidad que se escuchan en las radios de FM”, explica Serafini, también guitarrista y vocalista de la banda de rock Gaia.
Asegura que la tecnología permitió un gran abaratamiento de los costos en el sector, posibilitando que muchos músicos puedan pagar y acceder a ella.
“Ya no es necesario grabar en cinta, en modo analógico como se operaba anteriormente, ya que los costos eran altísimos. Gracias al audio digital, los precios bajaron significativamente”, afirma.
El roquero y productor cree que la mejor salida a todo esto supone preparación, estudio e investigación, y la adquisición de una gran experiencia como músico y en la operación de equipamientos tecnológicos.
TECNOLOGÍA. Para Rubén Robadín, que cuenta con un estudio desde hace 13 años y se dedica a la creación de jingles comerciales, revela que el acceso a la tecnología hoy es más fácil que años anteriores, y que los costos permiten un montaje creativo.
El músico y licenciado en Administración de Empresas explica que una persona puede armar fácilmente un estudio en casa.
“Con una buena computadora y una buena placa externa profesional de audio, programas de grabación y un micrófono, ya se puede tener un estudio muy básico. Antes era complicado y costoso”, dice Robadín.
Añade que en materia de grabación, en informática digital existe una amplia gama de software para grabar y mezclar audio en la computadora, entre los que figuran ProTool, Logic Audio, Cubase, Sonar y otros, que se incluyen dentro del paquete de compra de placas de audio.
“Estos programas reemplazan en cierto modo a muchos equipamientos físicos externos –como amplificadores y ecualizadores– que antes se utilizaban para las grabaciones”, explica Robadín.
El músico y licenciado en Administración de Empresas explica que una persona puede armar fácilmente un estudio en casa.
“Con una buena computadora y una buena placa externa profesional de audio, programas de grabación y un micrófono, ya se puede tener un estudio muy básico. Antes era complicado y costoso”, dice Robadín.
Añade que en materia de grabación, en informática digital existe una amplia gama de software para grabar y mezclar audio en la computadora, entre los que figuran ProTool, Logic Audio, Cubase, Sonar y otros, que se incluyen dentro del paquete de compra de placas de audio.
“Estos programas reemplazan en cierto modo a muchos equipamientos físicos externos –como amplificadores y ecualizadores– que antes se utilizaban para las grabaciones”, explica Robadín.
DETALLES. Además de la inversión tecnológica, los productores coinciden que es preciso un lugar físico adecuado para la grabación, el cual debe estar optimizado para tales efectos.
“No se puede grabar en cualquier pieza. Se debe contratar a un ingeniero en acústica, quien realiza mediciones del espacio, en busca de que el sitio tenga el sonido óptimo”, expone Serafini.
El roquero adiciona que su trabajo no solo comprende la grabación, sino también los procesos posteriores. “Mi trabajo incluye grabación, mezcla, masterización y producción artística, así como arreglos y enfoques musicales”, revela el músico de Gaia.
Los propietarios de los estudios de audio de Paraguay coinciden que equipar un set mínimo puede costar 10 millones de guaraníes (unos 2.230 dólares americanos), mientras que uno de calidad puede superar los 250 millones de guaraníes (unos 55.800 dólares americanos).
Los productores Robadín y Serafini acuerdan que una sala de audio con las exigencias mínimas debe contar con micrófonos, preamplificadores -utilizados para captar el sonido-, tarjeta de sonido -con varias entradas- y una computadora con alta capacidad de almacenamiento y memoria.
“Los artículos a emplear en un estudio deben ser de la mejor calidad, si se desea competir con otros de EE. UU. Eso implica altos costos”, dice Serafini, recalcando que en la producción musical “no puede faltar el factor humano”.
“De nada sirve equipamientos que cuesten 200 mil dólares americanos si la persona que lo opera no está preparada o no sabe qué hacer”, especifica.
Para Robadín lo ideal es contar con una computadora básica (desde 2 millones de guaraníes, equivalente a 446 dólares americanos), que incluya 8 Gigas de memoria y un tera de disco duro; una placa de audio externa (desde 2.210.000 de guaraníes, equivalente a 500 dólares americanos), con 8, 10 o 14 entradas y que incluye el software de grabación de audio y mezcla; micrófonos direccionales y ambientales (desde 600 mil guaraníes, unos 134 dólares americanos); pantallas (desde 1.326.000 guaraníes, unos 300 dólares americanos); amplificador de monitoreo, una consola y una mezcladora (estos últimos, desde 1 millón de guaraníes, unos 223 dólares americanos).
“Con todo esto se puede comenzar algo mínimamente profesional”, expresa.
Aníbal Riveros, gerente y propietario de Blue Caps -uno de los sellos discográficos nacionales con 33 años en el mercado-, considera que cada empresa realiza las inversiones necesarias para adecuar su estudio de grabación a las demandas locales.
Luego de tres décadas de operar, desde hace 22 años que posee un estudio analógico y 15 años atrás decidió actualizarlo, con la aparición del disco compacto, que obligó a migrar al soporte digital.
“Con el cambio tecnológico se ganó en fidelidad sonora pero no en amplitud, ya que los formatos digitales comprimen mucho el audio”, explicó Riveros.
El productor cree que “es clave mejorar la calidad con más inversiones”, cuestión que no sucede debido al reducido tamaño del mercado local.
“La experiencia en producción musical en Paraguay es baja frente a la de otros países de la región o de primer mundo”, dice.
“No se puede grabar en cualquier pieza. Se debe contratar a un ingeniero en acústica, quien realiza mediciones del espacio, en busca de que el sitio tenga el sonido óptimo”, expone Serafini.
El roquero adiciona que su trabajo no solo comprende la grabación, sino también los procesos posteriores. “Mi trabajo incluye grabación, mezcla, masterización y producción artística, así como arreglos y enfoques musicales”, revela el músico de Gaia.
¿Cómo armar un estudio básico y cuanto cuesta el equipamiento?
Los propietarios de los estudios de audio de Paraguay coinciden que equipar un set mínimo puede costar 10 millones de guaraníes (unos 2.230 dólares americanos), mientras que uno de calidad puede superar los 250 millones de guaraníes (unos 55.800 dólares americanos).
Los productores Robadín y Serafini acuerdan que una sala de audio con las exigencias mínimas debe contar con micrófonos, preamplificadores -utilizados para captar el sonido-, tarjeta de sonido -con varias entradas- y una computadora con alta capacidad de almacenamiento y memoria.
“Los artículos a emplear en un estudio deben ser de la mejor calidad, si se desea competir con otros de EE. UU. Eso implica altos costos”, dice Serafini, recalcando que en la producción musical “no puede faltar el factor humano”.
“De nada sirve equipamientos que cuesten 200 mil dólares americanos si la persona que lo opera no está preparada o no sabe qué hacer”, especifica.
Para Robadín lo ideal es contar con una computadora básica (desde 2 millones de guaraníes, equivalente a 446 dólares americanos), que incluya 8 Gigas de memoria y un tera de disco duro; una placa de audio externa (desde 2.210.000 de guaraníes, equivalente a 500 dólares americanos), con 8, 10 o 14 entradas y que incluye el software de grabación de audio y mezcla; micrófonos direccionales y ambientales (desde 600 mil guaraníes, unos 134 dólares americanos); pantallas (desde 1.326.000 guaraníes, unos 300 dólares americanos); amplificador de monitoreo, una consola y una mezcladora (estos últimos, desde 1 millón de guaraníes, unos 223 dólares americanos).
“Con todo esto se puede comenzar algo mínimamente profesional”, expresa.
“Es clave mejorar la calidad con más inversiones”
Aníbal Riveros, gerente y propietario de Blue Caps -uno de los sellos discográficos nacionales con 33 años en el mercado-, considera que cada empresa realiza las inversiones necesarias para adecuar su estudio de grabación a las demandas locales.
Luego de tres décadas de operar, desde hace 22 años que posee un estudio analógico y 15 años atrás decidió actualizarlo, con la aparición del disco compacto, que obligó a migrar al soporte digital.
“Con el cambio tecnológico se ganó en fidelidad sonora pero no en amplitud, ya que los formatos digitales comprimen mucho el audio”, explicó Riveros.
El productor cree que “es clave mejorar la calidad con más inversiones”, cuestión que no sucede debido al reducido tamaño del mercado local.
“La experiencia en producción musical en Paraguay es baja frente a la de otros países de la región o de primer mundo”, dice.
Este artículo se publicó en el diario Última Hora, el domingo 14 de julio de 2013.
Ver enlace original de este artículo: www.ultimahora.com/el-estudio-grabacion-es-una-via-comercial-los-artistas-nacionales-n703872.html
Foto: Sebastián Gulino, músico de Paiko, en plena sesión de grabación en el Estudio Supernova, de Diego Serafini. Créditos: Cuenta de Facebook del grupo Paiko.
Fuente de la foto (en Última Hora): www.ultimahora.com/imagenes-01610001158395106540491/el-estudio-grabacion-es-una-via-comercial-los-artistas-nacionales.jpg