miércoles, 15 de abril de 2009

Escándalo presidencial en Paraguay

Foto (UH): Fernando Lugo, presidente de Paraguay.

En la Semana Santa del 2009, saltó a la luz un nuevo escándalo, por el que supuestamente se le atribuía al presidente paraguayo, Fernando Lugo, un supuesto hijo de la joven Viviana Carrillo.

Tras una formal demanda judicial en la que se solicitaba el “reconocimiento de la paternidad” de Lugo por un supuesto hijo llamado Guillermo Armindo, se produjo una conmoción pública por dicha noticia durante la Semana Santa.

Luego, surgieron especulaciones, rumores e incluso, la madre del chico había negado la demanda judicial. Todo lo que surgió en torno al fenómeno de la demanda creó en Paraguay un clima de tensión política y de suspenso en la ciudadanía.

Todos los medios de prensa se hicieron eco del tema de la “paternidad de Lugo”, expandiéndose el tema al periodismo internacional.

Pero todo cambió el lunes 13 de abril de 2009 (un día después del domingo de resurrección), cuando el presidente Fernando Lugo ofreció una conferencia a la nación en horas de la mañana.

“Hubo una relación con Viviana Carrillo. Asumo todas las responsabilidades que pudieran derivar de tal hecho, reconociendo la paternidad del niño”, dijo Lugo en parte de su comunicado, quedando en segundo plano sus otras declaraciones en torno al cambio de gabinete.

Esta revelación pública de una parte de su vida íntima desató en diversos sectores de la opinión pública comentarios de todo tipo.

Por un lado, algunos decían que no importaba su vida privada, ya que estas relaciones íntimas no tienen nada que ver con el cargo que ostenta Lugo.

En contrapartida, otros decían que fue una mentira para todos, ya que su reputación moral y personal se ve seriamente afectada, dando cabida a calificarlo como un mandatario “falso”.

También surgió en la opinión pública de “porqué Fernando Lugo no dijo antes que tenía un hijo”.

En algún momento, los parlamentarios especularon que esta situación personal del presidente era motivo para un juicio político, mientras que para otros fue una ofensa con respecto a la Iglesia Católica.

Según los cálculos realizados, Fernando Lugo tuvo relaciones con Viviana Carrillo cuando todavía era obispo de San Pedro (Paraguay). Esta conducta provocó en las autoridades de la Iglesia Católica de Paraguay duras declaraciones.

“Lo sucedido nos sorprende y al mismo tiempo nos entristece, porque esa relación es reconocida después de 10 años. Es decir, cuando él ejercía su episcopado ya tuvo al hijo, y eso nos afecta como obispos y consagrados del Señor”, declaró muy dolido y golpeado el obispo de Encarnación (Paraguay), el monseñor Ignacio Gogorza, para un medio local.

Esta conducta de Lugo significa para la Iglesia Católica una gran tristeza, ya que significa una ruptura con los votos de “castidad” que había realizado Lugo en su ordenación como sacerdote. Esto motivó a la iglesia local a pedir perdón por tales hechos.

Breves conclusiones

Pese a todas estas reacciones, quedan claro tres puntos. En primer lugar, Fernando Lugo logró después de 61 años, la alternancia política en el Paraguay. En segundo lugar, la paternidad de Lugo causa una gran pérdida de credibilidad con respecto a su persona, además de provocar posiciones encontradas en diversos sectores de Paraguay, entre ellos los políticos y la Iglesia Católica. Y por último término, la vida privada de Lugo –hasta el momento (abril de 2009)- no afecta legalmente su situación como presidente constitucional de la República del Paraguay.



Enlaces de interés:





* Video con las declaraciones de Fernando Lugo




* Entrevista a Fernando Lugo con el el ABC de España. La periodista Carmen de Carlos realizó el artículo dos horas antes del discurso oficial del presidente (del lunes 13 de abril), cuando Lugo todavía no afirmaba su paternidad.


martes, 14 de abril de 2009

Los estacioneros paraguayos: un estilo musical que aún perdura

Foto: Estacioneros de la capilla San Juan Bautista, compañía Cañadita, de la ciudad de Ñemby (Capturada por Sergio A. Noé R.)

 

Con tono monótono, exponiendo  tristeza y dolor, estos grupos paraguayos entonan en cada Semana Santa cánticos  tradicionales que reviven la  vida, pasión y muerte de Jesús. Músicos analizan esta expresión de nuestra cultura.

 

Por Sergio A. Noé Ritter

 

Los estacioneros son grupos conformados por jóvenes y adultos que  cantan melodías religiosas de origen popular. Se trata de una  práctica transmitida  de generación en generación.

El maestro Luis Szarán, en su Diccionario de la Música en el Paraguay, señala que estas melodías “en forma de canto-llano y con  participación colectiva”,  tienen influencia de la música española, “con acentos y giros melódicos locales”.

Mediante estas  canciones, los estacioneros recuerdan en la Semana Santa o en cualquier momento del año,   los dolorosos momentos vividos por Jesús antes de morir.

Para el doctor Stílver Cardozo, folclorista, la tradición “proviene de la antigua música cantada, creada y difundida en la colonia, por  los padres de las Misiones Jesuíticas, y que se  modificó en el tiempo”.

 

LETRA Y ESTILO.  En cuanto al contenido de las canciones que entonan los estacioneros, la mayoría  se relaciona  a la Vida, Pasión y Muerte de Jesús.

“Tenemos  composiciones específicas sobre la cruz,  a Jesús crucificado, al Viernes Santo, a la muerte de Cristo, entre otras. Además,  poseemos cánticos a la Virgen”, comenta Cecilio Ortiz, encargado de los estacioneros de la Capilla San Juan Bautista, de la  Compañía Cañadita, de  Ñemby.

Explicó también que esta música se conoce como purahéi ñembo’e  o rezo cantado.  “Algunos confunden nuestras canciones con el purahéi jahe’o (canto lloroso) o purahéi ñembyasy (canto triste). Son más bien, cantos melancólicos, en español y guaraní, interpretados a capela, sin ningún instrumento”, relata Ortiz.

Este señor,  custodio y guardián de su grupo de estacioneros, cuenta que las  canciones se fueron recopilando mediante el legado de los  abuelos y padres de la zona.

“Con el tiempo reunimos canciones de otras capillas y  hoy  tenemos más de cien canciones registradas en un cuaderno manuscrito”, dice.

Para Stílver Cardozo, la forma melódica “tiene algo de música sacra, con varias voces”, lo que fue modificándose de acuerdo al temperamento y la calidad artística de la gente. “El modo penoso de cantar, indica el acompañamiento del creyente al  sufrimiento de Cristo”, apunta.

 

CONTINUIDAD.  Para preservar la tradición,  los estacioneros se ocupan de  incorporar a sus hijos en los grupos.

“Mediante los jóvenes, procuramos  que la tradición se mantenga viva,  ya que en varias localidades se ha extinguido”, comenta.

“Los estacioneros también cantan en los rezos familiares, en el  Kurusu Ára o Exaltación de la Cruz (3 de mayo), el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y en  novenarios.”

Estos grupos de canto cumplen con un rito  particular en  Semana Santa.

“Visitamos las casas de  las familias que tienen un calvario. Allí, las dueñas del hogar salen con  velas prendidas y reciben a los estacioneros y se arrodillan”, indica  Ortiz.

Explica además que la  motivación final de esta práctica es un profundo amor a Jesús. “Cristo es  el rey supremo y nuestro salvador, que murió para redimirnos. A él debemos darle un interés personal  importante”, concreta.

 

 

Cantico de los estacioneros

A continuación, se reproduce la letra de una música extraída del libro de cantos de los estacioneros de la capilla San Juan Bautista, compañía Cañadita, de la ciudad de Ñemby.

 

Qué triste el Viernes Santo

Estribillo

Qué triste el Viernes Santo,

para todo el buen cristiano

a ver Jesús nuestro Padre,

clavado de pies y manos.

 

Jesús que todo lo puedes,

Jesús que eres nuestro Padre,

no nos abandones nunca,

con tu santísima madre.

 

Señor nuestro protector,

en la tierra y en el cielo,

y en la hora más triste,

embalsamo del consuelo.

 

Comprendo mi Dios amado,

que por mi estás sufriendo,

y por mi grande culpa,

Jesús está muriendo.

 

Me arrodillo frente a tu imagen,

te lo pedimos perdón.

Perdóname Jesús mío,

y dame tu bendición.

lunes, 16 de marzo de 2009

Jorge Ritter gana un espacio en la la Wikipedia

Foto: captura de pantalla de la Wikipedia.

 

El fallecido escritor y médico paraguayo Jorge Ritter (1908-1977)  ganó un merecido espacio en la Wikipedia.

El artículo que figura en la Wikipedia lo redacté inspirado en un material que escribí para el periódico Última Hora, de Asunción (Paraguay).

Próximamente figurará en la Wikipedia detalles de sus obras y adelantos sobre la producción fílmica que está preparando el periodista paraguayo Manuel Cuenca, quien me comentó que está en la etapa de preproducción y finalización del guión de la novela La tierra ardía.

Cualquier novedad les comentaré próximamente en esta página: www.sergionoe.blogspot.com

 

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Jorge Ritter: Un médico rural paraguayo que volcó sus experiencias en la literatura

Foto: El doctor Jorge Ritter (archivo del archivo familiar)

 

El paraguayo Jorge Ritter  abrazó la profesión del bisturí y tuvo por segunda pasión las letras. Sin dejar la medicina, escribió  tres novelas,   donde plasmó sus vivencias  como médico rural y excombatiente de la Guerra del Chaco.

Sergio A. Noé Ritter

 

En 1984, unos seis estudiantes redactaron un inédito ensayo sobre Jorge Ritter, en el marco de la cátedra de historia de la medicina de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Hasta hoy, no existe otro documento que arroje tantos detalles específicos sobre la vida de quien fuera médico y literato, nacido en Arroyos y Esteros, en 1908.

Según el citado texto, hacia 1932, cuando Ritter cursaba el tercer año de Ciencias Médicas en la Universidad Nacional de Asunción, la Guerra del Chaco (1932-1935) lo tomó de sorpresa.

Allí prestó un encomiable servicio a la patria, ya que la contienda lo movilizó hasta Casanillo, en ese entonces un hospital de sangre.

En la guerra, tuvo una significativa presencia, ya que ejerció cargos sanitarios en Fortín Falcón,  Pozo Favorito y  Campo Vía.

Asimismo, formó parte del Batallón 1 General Aquino y el recordado Batallón 40, y participó en la batalla de El Carmen y en la retoma de Yrendagué.

Por estos servicios prestados a la patria, el entonces estudiante Ritter recibió las condecoraciones de Cruz del Chaco y Cruz del Defensor.

Como teniente de la contienda chaqueña, junto con oficiales y soldados, emprendió largas marchas padeciendo hambre y sed en la seca y agreste tierra occidental.

Estas duras experiencias las volcó en su obra La tierra ardía, su tercera y última novela de tinte histórico, que vio la luz tras su edición en 1975.

 

El médico rural

Durante la década de 1940, Ritter comenzó a dedicarse por entero al ejercicio de la medicina en el interior del país.

Su itinerario clínico se inició en la ciudad de Ybycuí, en 1942. En esta localidad se estableció y ocupó interinamente el cargo de director del hospital.

Tras unos meses de estadía, enfrentó serios problemas con el curandero de la zona. Este hombre, que hacía el papel del médico ñana, estaba apadrinado por el comisario de lugar.

El yuyero, adentrado en sus ritos terapéuticos de fuertes

 raíces ancestrales, encontró en Ritter una amenaza, que le provocaba la pérdida de pacientes.

Ajeno a la medicina científica que practicaba, el brujo sanador difamó a Ritter, y aprovechó, en cierta ocasión, la enfermedad de una señora como excusa –con la venia del comisario– para apresarlo. Tras ser expulsado de Ybycuí, Ritter logró probar su inocencia en Asunción.

Estas tristes experiencias –de las que fue víctima– y el gran desconocimiento de las zonas rurales hacia la medicina científica –de las que fue testigo– constituyeron su gran inspiración para escribir sus dos primeras novelas: El pecho y la espalda y La hostia y los jinetes.

 

Las obras de Ritter

Editada en 1962, la novela El pecho y la espalda retrata la realidad del campo, donde su protagonista principal es el doctor Reyes.

Mediante sus páginas, Ritter propone un tomo de denuncia, donde expone el drama social campesino y sus vicios.

En la trama aparecen intrigas lugareñas con personajes que abusan de su poder. Es allí donde el doctor Reyes se presenta como el médico que se interesa no solo por los males físicos, sino también por los problemas de índole social.

En tanto, con la segunda novela,  La hostia y los jinetes, lanzada en 1969, Ritter propone un tomo con pinceladas costumbristas de tinte realista, tono descriptivo y de carácter social.

La obra también se ocupa de denunciar las injusticias sociales y las trabas que obstaculizaban el desarrollo de la vida agraria.

Mediante varios personajes de un paraje rural, la pieza  expone a un prepotente comisario, autor de gran cantidad de crímenes. Este oficial es ajusticiado por un simple campesino que lo asesina. Este último representa la esperanza del pueblo, así como el deseo de los pobladores del campo de ser librados del atraso, la miseria y las injusticias.

 

Humanista: Su faceta antropológica

Tras vivir gran parte de su vida en el interior del país y gracias al contacto con el campesino paraguayo, el doctor Jorge Ritter –de formación humanista y médico rural– forjó una personal concepción antropológica del paraguayo de tierra adentro.

En 1971, ante el Círculo Paraguayo de Médicos, dictó una conferencia en la que describió las características antropológicas del campesino nacional, explicando algunas peculiaridades de su conducta.

En su obra teatral El médico rural –que algunos atribuyen a Mario Halley Mora–, Ritter transcribe sus irónicas conversaciones de consultorio con pacientes del campo.

En una ocasión, cuenta un episodio donde atendió a un enfermo campesino estando entre las cuatro paredes de la clínica, y sentados únicamente los dos, frente a frente, mesa de por medio.

Allí, pregunta como médico: –Mba’éichapa nde réra? (del guaraní que significa ¿Cuál es tu nombre?).

A lo que el paciente le responde: –Che piko? (del guaraní que significa ¿A mí me pregunta?)

Muchos especialistas imputaban esta absurda respuesta, contenida en una repregunta, como una  lentitud mental del campesino causada por presuntas funciones tiroideas deficitarias por carencia de yodo.

Sin embargo, estas presunciones simplistas no satisfacían del todo al doctor Ritter, quien prefirió adentrarse más allá e indagar estas conductas a la luz de la antropología.

Según la visión de Ritter,  en el inconsciente colectivo del paraguayo subyace un rasgo del indígena guaraní, que le inhabilita para revelar inicialmente su nombre a un desconocido.

Esto lo  fundamenta extensamente en un ensayo antropológico, el cual se publicó después de su muerte.

El escrito titulado El médico rural: anotaciones para una tipología del hombre paraguayo apareció en  diciembre de 1977, en el tomo  del Suplemento del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica de Asunción (Paraguay)

En este documento,  expone  también los enfrentamientos entre  la medicina científica en el área rural y los métodos  terapéuticos practicados por los yuyeros, donde explica que el trabajo de estos últimos proviene  de ritos  ancestrales.

También  tipificó en varias categorías al conocido médico ñana, y que para él tiene origen en los chamanes y brujos de las etnias guaraníes.

 

 

Apuntes

• El 1 de febrero de 1977, cuando Ritter estaba en Buenos Aires (Argentina), un vehículo lo arrolló accidentalmente, provocando su  deceso.

• Según el prologuista de una de las obras de Ritter, él encabezó la llamada Generación de 1928, del Colegio Nacional de la Capital, que tuvo a varias figuras que se dedicaron a la docencia, al periodismo y al arte, dejando su contribución a la cultura.

• El galeno también escribió artículos en periódicos de la capital y el interior, entre ellos, en La Tribuna y El Progreso, de Asunción.

• Además de sus obras novelísticas, el médico escribió el cuento La bombilla del comisario y la obra teatral El médico rural, inspirado en su experiencia profesional.

• Para la realización de su novela La hostia y los jinetes, recibió asesoramiento de la escritora Josefina Plá. En tanto, el diseño de la tapa del libro lo realizó Olga Blinder.

• Ritter también se dedicó a la pintura, plasmando paisajes campestres, el puerto de Concepción –donde vivió varios años–, además de obras con candelabros y otros utensilios, inspirados en el estilo de la naturaleza muerta.

• Se asoció al Centro Filatélico del Paraguay. Fue director de la revista de dicha institución. También formó parte del Pen Club, donde conoció a poetas, narradores y ensayistas locales.

• En 1995, el comité social de la Cooperativa Coomecipar reconoce su labor como médico y literato, por lo cual organiza un concurso literario de cuentos cortos denominado Doctor Jorge Ritter.

• Actualmente, el periodista Manuel Cuenca está realizando la adaptación cinematográfica y la pre-producción de la novela La tierra ardía, de  Jorge Ritter, ambientada en la Guerra del Chaco (Ver fuente: http://www.jma.gov.py/html/noticias/2008-05-16.html).

 

 

Artículo publicado el lunes 16 de marzo de 2009, en la sección “Los Rostros de la memoria”, página 76 (contratapa), del periódico paraguayo Ultima Hora.

 

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jueves, 12 de marzo de 2009

Una nueva propuesta cultural

Foto: Captura de pantalla del sitio www.eventosasuncenos.blogspot.com

Actualmente se encuentra habilitada la página www.eventosasuncenos.blogspot.com, un sitio que ofrece el calendario de las actividades culturales del Teatro Municipal de Asunción (Paraguay) “Ignacio A. Pane”.

La página, actualizada constantemente, brinda la posibilidad de conocer los eventos, gracias a un solo clic de tu mouse. Este sitio digital ofrece una agenda electrónica interesante del citado teatro, y te permitirá organizar tus actividades personales.

Ante cualquier duda, también puede llamarse al Teatro Municipal para confirmar los eventos, que pueden estar sujeto a cambios.

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